En los ángulos de la construcción se fijan reglas, perfectamente aplomadas, que sirven de guía.
En casa una de estas reglas se marcan con lápiz las alturas de las hiladas, de tal manera que fijando una línea o cordel entre dos señales correspondientes, se puede mantener la horizontalidad de las hiladas y la verticalidad del paramento.
El cordel debe extenderse sobre el paramento exterior, no sobre el interior, para que las irregularidades de los ladrillos se absorban con el revoque grueso interior y no con la capa aisladora vertical exterior, que es más cara.
Otra manera de lograr la alineación de las hiladas es la de construir primeramente en las esquinas y en los arranques de los muros, una cepa escalonada y cuidadosamente aplomada. En cada hilada se fijan clavos y entre ellos se tensa un cordel.
Para mayor información quedo de ustedes vía telefónica o electrónica.
Arq. Francisco Blancas.